Joaquín de Azcárraga Urteaga
PMP, PMI-ACP
Durante mis vacaciones en el Cáucaso, me ha llamado la atención una interesante costumbre común en los tres países (Azerbayán, Armenia y Georgia): se trata de la existencia de maestros de ceremonias – Toastmasters - en cualquier celebración.
Normalmente para nosotros un brindis consiste en poco más que buenos deseos y chocar las copas. Sin embargo, allí no hay evento desde una cena informal entre amigos hasta una boda donde no se cuente con una persona que organice los brindis. Esta figura se llama Tamada – del Azerí “tam” (todos) y “ata” (padre)- y tiene la gran responsabilidad de hacer que cualquier celebración se convierta en algo realmente memorable: hacer que todos se conozcan, entretenerles, organizar la conversación, asegurarse de que se encuentran a gusto y por tanto de él depende el éxito o no de la celebración.
Este papel se suele designar de común acuerdo entre los asistentes a alguien con experiencia y las habilidades necesarias (conocer a todos los asistentes y su posición jerárquica, ser ameno, divertido y buen improvisador) o incluso se contrata a un profesional sobre quien recae la gran responsabilidad de convertir cualquier celebración en algo memorable.
Así que un brindis se convierte en una charla de hasta un cuarto de hora al final de la cual se bebe vino o cualquier otra bebida alcohólica (ignoro por qué brindar con cerveza se considera casi un sacrilegio).
Para comenzar con buenos deseos esta temporada Toastmasters, el lunes 22 de octubre tendremos una sesión especial en la que todos podremos hacer de Tamada y brindar por aquello que cada uno desee. Solamente tendréis que venir con ganas de pasarlo bien. Una vez que finalicemos los primeros brindis, el resto pueden ser alocuciones improvisadas para construir sobre las opiniones de otros e incluso para rebatirlas.
No os dejéis en casa la imaginación ni el sentido del humor.
Os esperamos.