Alfonso Arias Aguilera, PMP
Manager en BBVA
Más de uno habrá oído hablar del pensamiento divergente y se preguntará que tiene que ver con la gestión de proyectos.
El pensamiento divergente es una forma de organizar los procesos de pensamiento a través de estrategias no ortodoxas. Consiste en la búsqueda de alternativas o posibilidades diferentes para resolver un problema, normalmente alejándonos del planteamiento tradicionalmente heurístico o basado en experiencias.
En contraposición al pensamiento convergente o tradicional, el pensamiento divergente suele proporcionar múltiples soluciones a un problema ya que enfoca el problema desde múltiples perspectivas. A esta forma de pensar se la relaciona habitualmente con los procesos involucrados en la creatividad. También se emplea el término pensamiento lateral o la expresión anglosajona "Thinking outside the box" para referirse a él.
Un ejemplo de pensamiento divergente aplicado a la gestión de proyectos son los diagramas de Ishikawa o de espina de pescado que se emplean en la gestión de la calidad de los proyectos para encontrar la causa raíz de un problema.
Los diagramas de Ishikawa son una forma de diagrama causal o de causa-efecto en el que se analiza un problema desde diferentes ámbitos. Se dibuja un eje horizontal, a este eje horizontal van llegando líneas oblicuas que representan las causas propuestas por las personas que participan en el análisis del problema. A su vez cada una de estas líneas que representa una posible causa recibe otras líneas paralelas al eje que representan causas secundarias. Para hallar las causas se suelen emplear técnicas grupales como el brainstorming o tormenta de ideas. Cada grupo formado por una causa primaria y sus causas secundarias forman un grupo de causas con naturaleza común.
El siguiente ejemplo es un diagrama de Ishikawa que muestra las posibles causas por las que se hacen sistemáticamente alteraciones manuales en las bases de datos de una compañía.
Como se ve por el ejemplo anterior la solución al problema no se analiza desde una única perspectiva sino desde varias. Al tener un abanico de posibles causas tenemos un abanico de posibles soluciones que tenemos que priorizar para resolver o mitigar el problema.
Un ejemplo de cómo priorizar las soluciones es creando una matriz de impacto vs coste y asignando un valor de la matriz resultante a cada causa.
En la gestión de proyectos actual cada vez más se hace uso de este tipo de pensamiento para encontrar solución a los problemas cuando la forma tradicional de pensar se muestra insuficiente. Los grandes retos requieren de soluciones originales e innovadoras y aunque resulte paradójico, para conseguir este fin a veces resulta un obstáculo la experiencia ya que esta nos condiciona de tal forma que buscamos la solución a los problemas repitiendo los algoritmos que funcionaron en casos pasados en lugar de buscar caminos alternativos o nuevas estrategias.
La solución al siguiente problema de lógica ejemplifica perfectamente esta idea.
9810 → 4
6835 → 3
8341 → 2
4362 → ¿?
La mayoría de las personas que se enfrentan a este problema lo hacen desde una perspectiva matemática ya que al ver los números intentan emplear alguna técnica matemática para resolverlo.
Sin embargo, la solución al problema no es matemática sino más bien geométrica. Dedicad unos minutos a tratar de resolver el problema.
Solución: 4362 → 1 Explicación: el número a la derecha de la fecha indica el número de círculos que hay en el número de la izquierda. Por ejemplo, el 9 tiene un círculo, el 8 tiene 2 y el 0 tiene 1 por lo que en total el 9810 tiene 4 círculos. De la misma forma el 6835 tiene 3 círculos, el 8341 tiene 2 y el 4362 tiene 1. |