Jose Kayser Villalobos, PMP
Hoy en día, cada vez es más común encontrar empresas de mediano y gran tamaño que se organizan de forma matricial o por proyectos, dejando atrás las organizaciones más clásicas de carácter funcional (jerarquizadas).
Éstas, aun teniendo algunas ventajas (menor complejidad), están lejos de ofrecer a las empresas la flexibilidad y eficiencia que proporcionan las organizaciones matriciales y proyectizadas, que son tan necesarias hoy en día para la supervivencia de las empresas y mantenimiento del liderazgo en el mercado.
En las organizaciones matriciales y proyectizadas, es deber de la dirección y de los gerentes la asignación eficiente de los recursos, dentro del marco legal y para producir los mejores resultados posibles, dando lugar a los equipos de proyecto.
Una vez que la dirección, a través del patrocinador, ha aprobado la ejecución del proyecto y dispuesto los recursos necesarios, es labor de los líderes formar un equipo de proyecto eficaz y eficiente.
Frecuentemente, el líder de proyecto está preocupado por cumplir las restricciones del proyecto (alcance, plazo, coste, etc.), dejando a un lado la única herramienta que le ayudará a lograr los objetivos del mismo. Esto es, el equipo de proyecto.
Con el inicio de cada proyecto, siempre será necesario planificar, estimar, adquirir, y desarrollar un equipo de proyecto.